¿Dinero feliz? Sí, el que ganas haciendo felices a los demás.

By 11/10/2015Economia

El éxito: duradero, sólido y real… sólo es posible para personas auto realizadas que amplían su visión del “yo” hasta convertirlo en el “nosotros”. Cuando un empresario deja de ver diferencia entre “yo” y “tú”, acaba buscando el bien común: tuyo y mío, porque en realidad son lo mismo (no hay nadie fuera de un súper “Yo” compartido).

Y aquí llega la clave de la economía espiritual: cuando te obsesionas por dar a los demás lo mejor de ti (o de tu negocio) y buscas su felicidad y su satisfacción tanto como la tuya, entonces se pone en marcha un engranaje invisible que hace que tu negocio prospere como nunca antes. ¿Por qué? Porque la universo entero le interesa más el bien común que el de alguna de sus partes.

En la economía espiritual, lo que haces es “anecdótico”, es más importante la intención y el por qué y para quién lo haces. Esa intención es una semilla kármica que asciende del inconsciente al consciente y del consciente a la realidad. Sé que suena muy místico pero si has leído hasta aquí en este libro, es que estás preparado para oírlo y asimilarlo.

Te aseguro que hacer las cosas bien hechas es útil, pero te prometo que plantar una poderosa intención (el bien común), mientras las haces, es lo que posibilita el éxito final. Y con todo lo que tiene que ver con el dinero sucede igual.

Intención feliz, acción feliz, resultado feliz, dinero feliz. (No me preguntes cómo sucede, mejor pruébalo, y disfruta mientras sucede).

El mundo de los negocios es una amalgama de personas entre quienes sin duda hay una inmenso colectivo de: creatividad, innovación, iniciativa y diferentes talentos. Los empresarios son personas que “luchan”, vencen sus miedos, se entregan a su intuición… gente que se trabaja a sí misma cada día porque en su contexto no hacerlo sería un suicidio económico.

Ahora, imaginemos que además de talento esas personas llevan su corazón a sus negocios y los dirigen desde sus más profundos valores. Pues bien, esto ya ha empezado a ocurrir. Te aseguro que hablo con muchos empresarios, y muchos, muchísimos más de los que te imaginas, llevan una práctica espiritual de meditación cada mañana.

Conceptos como: dinero feliz, marketing espiritual, emprendedor social, liderazgo desde el alma, emprendedores con corazón, bien común, economía de la felicidad, ética… entran ahora en la economía (en la economía espiritual). Después de leer este libro, tiene más sentido relacionar la economía a valores esenciales que no hacerlo.

Espíritu y materia van de la mano, son las caras de una misma moneda.

Ahora entiendes que separar conciencia y dinero es un error y el origen de los males de la vieja economía. Puede parecer un comentario extraño, pero te aseguro que cuando una persona despierta o consciente enciende un aparato de TV, y escucha lo que se dice en esa “caja tonta”,  se queda tan atónita que cree que acaba de conectar con otro planeta.

La espiritualidad ocupa una dimensión superior a la mental y la emocional, es la causa de todos los efectos que experimentamos en lo que conocemos por “realidad”. Y es el sustrato donde se apoya todo lo material. El mundo visible existe gracias al mundo invisible, (alguien tenía que recordarlo).

La riqueza es una percepción; y por tanto una realidad (ocurre lo mismo con la pobreza).

Fuente; El código del Dinero Raimón Sansó