La localidad sueca de Eskiltuna acoge el centro comercial Retuna, basado en las tres R’s: reducir, reusar, reciclar. Todo lo que allí se comercializa ha sido reciclado, convirtiéndolo en proyecto verde inédito en el mundo.
¿Dónde sino iba a ubicarse el primer centro comercial reciclado del mundo? Abanderada de la defensa del medio ambiente, Suecia tiene abierto desde hace tres años un innovador proyecto inédito, situado en la localidad de Eskilstuna, a 120 kilómetros de Estocolmo y cuyo objetivo es contribuir a generar una economía verde, a reducir los residuos y a reutilizar los materiales, alargando la vida útil de los objetos cotidianos que compramos y consumimos. Fue bautizado como Retuna, combinación de Tuna, un apodo cariñoso de Eskiltuna y de la palabra “reutilización”, de la que emerge su propósito.
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Con sus puertas abiertas desde 2015 y fundado por Anna Bergström, este centro comercial proporciona trabajo a 50 personas y tiene un flujo en torno a las 700 visitas diarias. Ubicado junto a una planta de reciclaje, selecciona productos que los consumidores depositan allí ya que no los necesitan y abastecen a las tiendas de este complejo, que comercializan un espectro amplio de artículos: dispositivos tecnológicos, electrónica, ropa y complementos o mobiliario.
Cuenta con 14 tiendas -3 de ellas pop-ups- de carácter muy variado: puede adquirirse en ellas material de restauración de edificios y construcción -desde herramientas a azulejos-, equipos reciclados para ciclismo, ocio y jardín, decoración para el hogar, electrodomésticos, informática y productos para plantas y mascotas. Los visitantes también pueden tomarse una taza de café ecológico o acudir a su restaurante.
El objetivo del complejo comercial no es puramente empresarial o de ventas, sino también educativo, pues pretende actuar como herramienta social y de concienciación para la ciudadanía, dando a conocer la economía circular, divulgando prácticas sostenibles a través de eventos, talleres y conferencias y organizando actividades para familias o colegios, desde intercambio de juguetes a iniciativas de reciclaje.
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Sus cifras son impresionantes: en 2016 el conjunto de sus tiendas sumó unas ventas totales de 8,1 millones, lo que equivaldría a la cantidad de residuos reducidos. Sus organizadores, todos ellos activistas ambientales, califican el centro comercial como “una forma climáticamente inteligente de obtener nuevas cosas”. Todo ello en un país líder en sostenibilidad, donde se calcula que más del 99% de los residuos de los hogares se recicla de un modo u otro.
En la actualidad, la Agencia de Protección del Medioambiente sueca ya desarrolla un plan de acción para llegar al ambicioso y necesario límite del residuo cero, en el que inciden colectivos como Zero Waste. Mientras las políticas públicas apuestan por la excelencia en términos de economía circular, proyectos como este dan buen ejemplo al resto del mundo de la importancia de seguir la consigna “pienso, luego reciclo”.
Imágenes | Retuna
Fuente | BBC