Cuando menos es más también para el día a día.
Los minimalistas son personas que tratan consciente e intencionadamente de vivir sólo con lo que realmente necesitan. El mantra sería: «Identifica lo esencial, y elimina todo lo demás».
La lógica subyace en que todas esas cosas que pueblan las gavetas y armarios, crean estrés por no tener tiempo de usarlas todas, generan culpa por haber supuesto un derroche sin uso, te atan o bien te hacen más difícil el cambio (una mudanza, por ejemplo), son a todas luces un apalancamiento operativo que pierde valor a más tiempo está acumulado y, además, su producción ha generado desperdicios contaminantes a los que sigues colaborando conforme adquieres cosas nuevas.
¿La solución? De nuevo, identificar lo esencial, y quedarte sólo con eso. Sin embargo, parece que lo esencial varía bastante de una persona a otra.
Existen minimalistas extremos que viven con sólo 100 cosas, existe el proyecto 33 prendas que consiste en lo obvio: tener sólo 33 piezas de ropa o, incluso, una especie de juego llamado “30-Day Minimalism Game” que consiste en retirar de tu vida tres cosas al día durante un mes. También está el «entra uno sale uno» que sí aplican casi todos los minimalistas y en esencia viene a decir que si compras una cosa nueva, deseches su versión antigua.
Cierto es que la mayor parte de minimalistas más estrictos se encuentran en países de habla inglesa, sin embargo, también hay hispanohablantes interesados en esta filosofía de no tener más de lo que necesitan, aunque la adapten a su día a día. Anita por ejemplo es una minimalista residente en Costa Rica:
El minimalismo como estilo de vida es una corriente que se enfoca en simplificar. Es un estilo de vida en el que buscas tener sólo aquello que necesitas, amas y te inspira, al menos desde mi punto de vista. Es una revalorización de tus prioridades. Considero que la definición se adapta a cada persona y, además, cambia con el tiempo. Al principio tal vez lo veas como desatiborrar ese cuarto de desorden, pero conforme pasa el tiempo, empiezas a encontrar la filosofía detrás de esto.
Existe un percepción errónea de que ser minimalista es vivir en cuatro paredes blancas, sin mayor posesiones que las básicas y salir por el mundo con tu mochila. Sí, existen personas practicándolo en este extremo, o al menos eso dicen, pero esos cuartos blancos están mejor para Instagram que para realmente vivir en ellos; ser minimalista va mucho más allá de la cantidad de cosas que tengas y tampoco hay que pasarse:
«La idea del minimalismo es simplificar, hacer tu vida más llevadera. Cuando somos muy rígidos puede ser contraproducente, porque se cae en otro extremo y la vida se complica en el otro sentido. No tiene lógica tener únicamente un determinado número de cosas si esto te limita en las actividades que te gustaría hacer. Lo que se busca es liberar tu tiempo, dinero y energías para enfocarlas en aquello que verdaderamente tengan un sentido, no al revés».
Pero, la gran pregunta ¿por qué debería de hacerlo? Pues parece que tiene bastantes ventajas. Sin embargo, la mayoría de los minimalistas te recomiendan que si tú estás bien con tus cosas, no lo intentes pues, tras deshacerte de ellas sentirás pena por el vacío, y querrás adquirir como rebote nuevas versiones de ello:
«En mi casa los 3 (mi esposo, mi hija y yo) somos alérgicos al polvo y a la humedad. El tener pocas cosas ha facilitado mucho la limpieza, por lo que vivimos sin alergia. Como lo que tenemos lo mantenemos en uso, tampoco hay cosas que adquieran olor a guardado, a la hora de la limpieza todo es mucho más fácil y rápido. También es mucho más fácil elegir qué ponerse, todo se mantiene ordenado sin mayor esfuerzo, hay más espacio, se ahorra bastante, no se contamina tanto, hay más tiempo libre, te vuelves más crítico y también valoras y cuidas más lo que tienes… podría seguir todo el día diciendo ventajas».
Para salir de las familias, también tenemos a Kevin Trujillo de 29 años: «Soy de Quito, Ecuador. Estudio diseño multimedia y para mi el minimalismo es una herramienta que me ha servido para poder lograr objetivos que me eran imposibles años atrás. Ahora, al adoptar una vida mas simple, me es posible cumplir sueños y hacer cosas que no pensaba que podía hacer».
«Soy minimalista desde hace 4 años. Antes tenía un estilo de vida bastante consumista, vivía con mis padres y trabajaba para pagar deudas únicamente. Un viaje de mochilero a Perú me hizo darme cuenta de que tener pocas cosas me ayudaba a moverme con mas libertad. También aprendí que hay muchas maneras de ser felices y la definición de éxito y felicidad es distinta para cada uno».
En cuanto a cuántas cosas posee o se debe poseer, él declara que no sigue reglas. «No tengo 33 prendas o 100 cosas. Lo que sí trato de cumplir es la regla de “entra uno sale otro” ya que me hace realmente evaluar qué es lo que tengo, si es necesaria la compra y si de lo que estoy por deshacerme es realmente algo que ya no necesito. Vivo en una habitación de ático, no tengo ni sala de estar ni cocina.Solo una terraza con una habitación y un baño. Esto me ha obligado a tener pocas cosas y aunque he estado viviendo casi 2 años y medio ya aquí, sigo pensando que tengo lo necesario».
«Las ventaja principal es el no tener apego a los bienes materiales y sentimentales. Es favorable ya que en lugar de estar dedicado a mantener un estilo de vida donde el objetivo es acumular objetos, ahora trato de dedicarme a estudiar la carrera que siempre quise y nunca pude. Y pasar mas tiempo con las personas que mas quiero. Como te digo no es solo en cuanto a lo material, sino que también he logrado tener paz interior».
Y bien, cómo ser minimalista. A primeras, si tienes un piso de entre 45 y 90 m² y un par de cosas de la teletienda o tecnología antigua acumulada, ya va a ser una tarea titática, dicen. Kevin cree que lo mejor es empezar poco a poco: «se puede empezar siendo minimalista por los pasos mas sencillos, empezar en pequeño. Limpiar una superficie que esté llena de cosas que no usamos o adornos que simplemente no los tomamos en cuenta, eso creo que es un buen punto de inicio. También, darse cuenta de cuánto tenemos o qué cosas estamos acumulando sin sentido».
El minimalismo es una construcción diaria, no es un fin, no es algo que tachas de la lista de pendientes cuando llegas a 33 prendas. No serás un minimalista apto cuando llegues a un punto, lo eres mientras sigas en el proceso. Consiste en vivir una vida consciente, con propósito deliberado y cargando sólo aquello que te ayuda en ese camino; porque al final, del día es eso, un camino en construcción y como decía Ryan Bingham: con demasiado peso no podemos movernos y cuanto más lentos nos movemos, más rápido moriremos.
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